lunes, 8 de octubre de 2012

Clima de encuentro



Claudio Álvarez, presidente Centro Comercial y Padre Chobi


El domingo amaneció lluvioso, el cielo cubierto y desde temprano nos acompañó la ansiedad. "Si despeja ahora podemos…" "Si viene viento sur y se lleva las nubes…" "Quizás si llueve ahora más tarde no…"

Pero lloviznó todo el día. Lloviznó y sin embargo acompañamos el recorrido de la patrona de Cosquín Nuestra Señora del Rosario del Milagro por las calles céntricas. Y en cada estación renovamos la fe.

El almuerzo en la plaza no pudo ser pero nos cobijó el salón La Herradura y la mesas se llenaron de familias y amigos. ¿Qué pasaría después? Más lluvia, y más música y más risas y mucho de lo que esperábamos vivir bajo el sol del domingo lo encontramos bajo techo

El desfile no se pudo pero ya habrá tiempo, improvisamos una peña y siguió la fiesta.

Esta Fiesta del Duende nos puso a prueba y salimos airosos. Si el sueño era juntarnos en torno a una guitarra y desandar historias y reconocernos coscoínos, lo logramos. La idea era reconstruir lazos, compartir el pan, comer un rico locro y bailar con la familia y todo fue posible.

La comunidad se encontró este fin de semana en torno al folklore y abrió las puertas de par en par para que artistas y visitantes del país se sintieran como en casa.

Con lluvia y todo el clima de esta Fiesta del Duende fue ideal: música, amigos, reunión y alegría

Gran Peña

 
Mario Sbrascini


La Peña del Duende desbordó de alegría. Fue un refugio para la lluvia y un abrigo para la amistad y la familia.
Leopoldo Rivarola fue el anfitrión a la fiesta y presentó uno a uno a los músicos que llegaron a Cosquín desde distintas latitudes a ofrecer su corazón en cada zamba o chacarera.
La noche estuvo signada por abrazos y sonrisas. Entre artistas que volvían a encontrarse, entre coscoínos y turistas que elegían el folklore como excusa para brindar con sus afectos.
Los Trajinantes, Mario Sbrascini abrieron la noche y con ellos la pista se llenó de pañuelos, cada centímetro de La Herradura fue bueno para el baile.
La dulzura y la fuerza en la voz de Aldana Moriconi, el romanticismo de Héctor Saleme, y la entrega de Lula Solis, todos reunidos en una gran peña.
Promediando la noche llegó el momento de elegir a una nueva reina de La Fiesta del Duende. Milagros Palacio, Rocío Racigh Brun, Ayelén Cuello, Valeria Quevedo, Marina Soler, Solange Bazán y Micaela Lozano, cautivaron al jurado y al público peñero. Pero había que elegir y Rocío Racigh Brun fue consagrada primera princesa y Marina Soler, reina de la fiesta.




Agustín Pistone en La Herradura
 
Duendes del Amanecer, Primera Junta jugando de locales y Vuelta y Media entregaron lo mejor de sus repertorios. Variados colores y melodías y el amor por nuestra música como común denominador.
Agustín Pistone y su recorrido por los clásicos “Luna cautiva” o “Calle angosta” reafirmaron que el folklore se traduce permanentemente, que se actualiza sin perder su entrañable significado.
Y así, mucha lluvia afuera y mucha miel dentro de la Peña del Duende, despertamos al Duende festivalero.

La Plaza del Sábado




 

El sábado a la tarde, después de una noche de mucha lluvia y con lo ojos puestos en el cielo amenzante, La Fiesta del Duende nos convocó  en Plaza San Martín para compartir el mate y la amistad.

Pichi Acosta fue director de los bailarines que llegaron a aprender gato y chacarera en una nueva “masterchaca”. Chicos y grandes, aprendices y entendidos en la danza compartieron la música y la alegría.

Mario Sbrascini abrió el tablado con su pasión por el folklore y por Cosquín en particular, uno de la casa que en cada fiesta nos sorprende.

El Cuerpo de Bastoneras dirigido por la profesora Paola Ortolani tuvo su momento y llenó el aire de buena energía.

Héctor Saleme, Aldana Moriconi y Designios fueron quienes nos hicieron cantar, bailar y arrancaron palmas y emociones de los presentes. Y es que las melodías tienen esa magia de traernos nostalgias y al mismo tiempo despertarnos nuevas sensaciones.
 
Mientras, los más chicos se divertían con los juegos instalados en otro rincón de la Plaza, y se transformaban de la mano de las maquilladoras Laura Rolandi y María Cecilia Díaz que los volvieron mariposas, princesas y superhéroes.
Y bajo la arboleda los artesanos, manos laboriosas que le dieron a este encuentro su toque especial.
Distintas expresiones, las mismas ansias de vivir la Fiesta.



Héctor Saleme en Plaza San Martín

Raza y Barro, los coscoínos que cerraron el espectáculo

Edgard Vigo, Pabla Mattalía y Raza y Barro tuvieron su espacio para cantarle al público de La Fiesta del Duende que permaneció entusiasta hasta las 20. La  hora exacta para terminar con el espectáculo y recibir las primeras gotas de muchas, que nos refrescarían esa noche.

viernes, 5 de octubre de 2012

De serenata



A pesar de la lluvia La Fiesta del Duende tuvo en la noche del viernes una hermosa serenata.
Por las inclemencias del tiempo no fue posible salir a los barrios de serenata pero sí vivimos un momento especial en Rafaello que recibió a los músicos de esta fiesta con los brazos abiertos.

Lula Solis fue el joven cantante que sorprendió a los presentes y les regaló sus canciones. Interpretó con dulzura “Mujer, niña y amiga” y no tardaron en llegar los aplausos.

Aunque el arranque no fue como estaba previsto, estamos contentos de que una vez más los artistas, los coscoínos, los visitantes nos encontremos reunidos en torno a nuestras tradiciones, que renovemos la alegría y las ganas de participar. Fueron muchos los inscriptos para recibir y regalar serenatas y queremos agradecerles por sumarse y hacer grande nuestra fiesta.

Termina el viernes y ya estamos en marcha: comenzamos a despertar al duende festivalero.

jueves, 4 de octubre de 2012

Poema de La Fiesta del Duende

 
En una noche de amigos, compartiendo La Fiesta del Duende como un coscoíno más, el Duende Garnica nos dejó su poema, inspiración y guitarra...

Suenan las campanas el valle fertil deja su naranja tarde
se incendia la fiesta en lamparas de almibar y cobre
las calles se pueblan de niños de luciernagas y risas
y una llamarada frutal desata el velo de la luna de nácar
la fiesta del duende llama a tender el mantel festivo
para que las estrellas beban en pocillos de miel y vidalitas

Majaditas de changuitos pueblerinos de lluvia y canto
abordan las calles con sus pandorgas de fuego rojizo
es la fiesta se ensaya la pérgola de la noche y se grita
coplas, rezos, sones, tones, en un complot de leyenda y río
y la gran caravana perfuma al pueblo en sus vereditas
con una paso de bravíos corceles silbando algún sueño

Es la fiesta del duende que cada uno lleva adentro
los pueblos lo tienen en los recovecos oculto
las ciudades en sus cúpulas de caja sonora y ceniza
por eso la noche huele albahaca fresca y bombo de sol
y el abrazo es algarabía por el cuore de cosquin
que va despertando brasitas pa cuando llegue enero

Es fiesta bailemos cantemos por el pan que se leuda
por el amor que se va sin apagar la luz ni cerrar la heladera
copliemos en nombre de los ausentes y de los que llegan
con un barrilete de vino una alforja con pepita y uvas
para despanzarnos en el viejo río como un cantor enamorado

          Duende Garnica